Entrevista a
Albertoyos Ilustrador.
(Realizada en febrero de 2020 por Valentina Ramos Mosquera y dirigida a alumnos de segundo de Bachillerato artístico. Véase el tono ;-)
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Grabado calcográfico de los días que
fui a Bellas Artes. ©Albertoyos 1991 |
¿Qué estudios tuviste que tomar para ser ilustrador? ¿Fue difícil?
Como suelo decir, hice Bellas Artes, o sea, soy autodidacta.
Realmente me sirvió de poco para ser ilustrador, porque, salvo que seas un superdotado, para aprender a dibujar la única fórmula que funciona es dibujar, dibujar, dibujar y volver a dibujar.
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Ilustración de gusto grueso y dudoso, cursando bachillerato. ©Albertoyos 1986 |
Pero me sirvió mucho, mucho, para abrir la mente y tener criterio; el criterio, lo que se conoce como tener gusto, es imprescindible. Fue costoso, pues mi cabeza, como la de todo joven ignorante y arrogante, era un adoquín monolítico de inexpugnable granito; un tarugo sin labrar de gusto grueso que se cree que lo sabe todo, a pesar de que no sabe nada.
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Ilustración muy gruesa a acuarela en tiempos de Bellas Artes ©Albertoyos 1991
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Gracias a los cinco años de cafetería de Bellas Artes, he llegado a mi avanzada edad orgulloso de saber que solo sé que no sé nada. Y eso es mucho.
En cualquier caso, hay muchos ilustradores que no han hecho Bellas Artes. Conozco
algunos que hicieron arquitectura, cursos de ilustración en escuelas especializadas o son autodidactas.
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Tira para la revista Vecinos de
«La familia Lavaplatos, inmigrantes ingratos»
serie costumbrista con trasfondo social.
©Albertoyos 1995 |
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Página de una historieta premiada
en uno de los muchos concursos a
los que me presenté.
©Albertoyos 1991 |
¿Qué hizo que te interesase la ilustración?
Me apasionaba dibujar desde niño. Quería hacer cómics, pero el trabajo remunerado me llevó a la ilustración.
¿Ser ilustrador es algo que necesite complementarse de otro trabajo? ¿O puedes ir tirando?
Mi experiencia es una, pero no necesariamente extrapolable al resto de la humanidad.
Todo el dinero que he ganado en mi vida (salvo los dos últimos años en los que imparto clases de cómic, Photoshop e ilustración digital), ha sido ilustrando todo lo ilustrable que se ha cruzado en mi camino.
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Mi Fiat 500, bonito y amarillo. © Albertoyos 2020 |
Así que puedo decir que sí, voy tirando.
Tengo casa, hija, bici, un Fiat 500 amarillo, que apenas uso porque voy a todas partes andando o en bici, pero en el que quiero que me entierren, sentado al volante, de lo bonito y lo amarillo que es. La bici también es muy bonita y amarilla. Y la hija muy bonita también, aunque ella es más Plastidecor color carne.
Todo es muy bonito y todo lo he conseguido ilustrando.
La vida nunca será fea si la ilustramos bien de arriba abajo.
Hay que perseguir la belleza, es tan necesaria como la utilidad y, además, siempre suele perder esa batalla. Y es un error, porque belleza y utilidad han de estar siempre en equilibrio:
Lo bonito deja de ser bonito en el momento que deja de ser práctico y lo práctico deja de ser práctico en el momento que deja de ser bonito.
Y eso incluye las lámparas. Especialmente las lámparas.
Como entre en una casa y vea una bombilla colgando del cable del techo, sin su correspondiente lámpara, en esa casa no me vuelven a ver.
La lámpara es el epicentro de la decoración de cualquier habitación y el punto culminante de la evolución humana.
Y los pijamas.
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Prueba rechazada por el cliente para una tarjeta
©Albertoyos 2017 |
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Prueba aceptada y terminada.
©Albertoyos 2017 |
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Página con mis amigos de protagonistas,
teníamos 16 años. ©Albertoyos 1985 |
¿Cómo se tomó la gente de tu alrededor que te interesase la ilustración? ¿Se lo tomaron bien o mal?
En lo que concierne a la ilustración y al arte en general, la gente de alrededor está recubierta de teflón y la ilustración les resbala como a una sartén recién comprada.
Por eso es muy importante estar seguros de lo que queremos y no dejarlo nunca, a pesar de lo que puedan opinar los demás.
Yo tuve bastante suerte, pues mis padres, a diferencia de otros compañeros o compañeras, no se opusieron; es más mi madre quería que algún hijo se dedicara al arte y a mi padre, en el fondo, también le molaba.
Pero la oposición de los padres o de la gente de alrededor no es necesariamente un impedimento; más bien al contrario, sirve de detonante para rebelarnos y de combustible para reafirmarnos y llegar a conseguir nuestros ideales.
Pero el esfuerzo siempre compensa; a los dieciséis años fotocopiaba mis historietas y las repartía en clase. Hice una historieta protagonizada por mis amigos del barrio y, tuvo tanto éxito, que percibí el placer de la fama. Y me percaté de que, para ser popular y, por tanto, para conseguir trabajo, tenía que ser comercial.
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Ilustración para los Pasatiempos de ABC.
©Albertoyos 1997 |
¿Cómo te sientes al dibujar?
Depende, porque para ganarme la vida, tengo que hacer de todo y hacerlo todo.
Si el encargo es un rollo y lo hago por obligación, lo odio a muerte, como cualquier trabajo.
Si me gusta el encargo, o es una ilustración por mi cuenta, sufro y disfruto a la vez intentando hacerlo lo mejor posible. En cualquier caso, si me gusta el resultado, soy feliz.
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Ilustración comercial para el libro
Los chistes de Jaimito y Jaimita.
© Bruño/Albertoyos 2019 |
¿Cómo te sientes cuando la gente mira tus dibujos y les gustan? ¿Y cuando no les gustan?
Siempre es un placer para mi ego de ilustrador, el ego es imprescindible para dedicarse a esto, que mis dibujos gusten a la gente. Si le gustan a mis colegas ilustradores, entonces me alegro bastante más.
Si no les gustan, primero me enfado mucho, pues no he logrado el objetivo, pero, una vez que amaina la ira, lo aprovecho para entender qué es lo que falla e intentar mejorarlo.
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Ilustración de
Antón Gris y la novela gráfica
©Albertoyos 2019 |
¿Alguna recomendación para una noob?
Poco me gusta dar y recibir consejos, pero tú me has obligado:
Si realmente estás convencido/da, no pares nunca, nunca, nunca.
No hagas caso a quienes se opongan, se burlen o te menosprecien, que siempre los hay. Ilustrar es lo que nos gusta y lo que nos hace felices. Así que ¡encabezónate! Ser bueno en algo se consigue siempre, siempre, siempre, siendo muy, muy, muy cabezota.
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Fragmento de ilustración inédita
en Zarrapastrian Style®
para La Residencia de Historietistas
©Albertoyos 2020 |
Abre bien los ojos y la mente. Mira las ilustraciones de otras ilustradores/doras, especialmente las de los buenos, y envidia sus trabajos. Envidiar las ilustraciones buenas, y querer igualarlas y superarlas, nos sirve para aprender.
Eso sí, envidiamos con saña las ilustraciones buenas, pero admiramos y respetamos infinito a sus autores o autoras.
Documéntate siempre y para todo. De fotos, en Google encontramos todo, pero, sobre todo, del natural.
Y si no puedes, hazte fotos, a ti o a quien pilles cerca, de los gestos o de las poses que vayas a dibujar.
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Viñeta en Zarrapastrian Style® extraída de Antón Gris y la novela gráfica
©Albertoyos 2019 |
Solo se aprende viendo la realidad y comprendiéndola. Luego tu cerebro acabará dibujando solo. Pero, aún así, documentándote conseguirás esos matices que tu cerebro no es capaz de aportar y que solo lograrás viéndolos del natural. Esos matices enriquecerán las ilustraciones.
Y a base de dibujar, dibujar, dibujar, y volver a dibujar, huyendo del estilo de otros, acabará saliendo tu propio estilo.
A mí me costó muchos años llegar al mío, el
Zarrapastrian Style®.
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Otro Fiat 500, rosa, apunte para pintura digital
en Zarrapastrian Style®
©Albertoyos 2016 |
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Pintura digital en Zarrapastrian Style® primigenio
©Albertoyos 2013 |